Esta web nace como un reconocimiento de su autor a uno de los grandes amores de su vida: la escultura y restauración de Bienes Culturales. En concreto, de la conservación de la Imaginería Castellana.

Después de casi seis décadas de profesión ejercida desde el más absoluto de los respetos a la tradición y la mayor de las aperturas a la investigación e incorporación de nuevas tecnologías, Mariano Nieto Pérez crea este espacio como altavoz que difunda su pasión incondicional por la justa conservación de nuestro Patrimonio Artístico.

Acerca de mí

El escultor. El restaurador. El hijo. El marido. El padre. El abuelo. El talento precoz. El pionero. El contemporáneo. El ortodoxo. El intuitivo. El artista. El amante y defensor del Patrimonio que nos define y nos conforma como sociedad. El que ha dedicado su vida a aprender, trabajar, enseñar y amar la escultura religiosa y, en concreto, la Imaginería Castellana. El que ha bebido de la tradición y la ha mejorado para después transmitir esa pasión a quienes estén abiertos a recibirla.

Todo esto y mucho más es Mariano Nieto Pérez. Para él la vida, la escultura y la restauración van unidas en un mismo acto de fe. A sus 80 años sigue manteniendo la misma ilusión por las tres.

Escultura

Empezar a hablar de la trayectoria de Mariano Nieto Pérez como escultor implica, obligatoriamente, mencionar a su padre, Cayetano Nieto, un hombre con un talento especial para el dibujo que finalmente se decantó por la ebanistería fruto de la insistencia de sus progenitores. Fueron ellos los que impulsaron a su hijo a abandonar la idea de los lápices y los bocetos y a aprender un oficio más práctico que, además, le fue transmitido por un maestro cuyo taller estaba situado justo al lado de su casa.

Y como de casta le viene al galgo, cuando a Mariano le preguntaban qué quería ser de mayor su respuesta era muy clara:” Yo, escultor”. Y aunque las réplicas familiares hacían alusión al poco pan que entraba en las casas de los que escogían tal profesión, las vocaciones profundas son difíciles de amedrantar y, sumando un palito a sus 13 años (la edad permitida era a partir de 14), Mariano comenzó a satisfacer sus inquietudes e ingresó en la Escuela de Artes de Valladolid en 1953. Allí tomó una gubia y un cincel como extensiones de sus propias manos y comenzó a aprender las técnicas de “vaciado”, “estucado”, “escofinado”… para dar forma y volumen a piezas de diferentes materiales como el bronce, la piedra y la madera.

Fue este último material el que más cómodo hizo sentir al incipiente escultor, que talló una gárgola en nogal cuya elaboración, a golpe de gubia, consiguió un reconocimiento a nivel nacional cuando el autor era aún un joven aprendiz.

Pero la tierra tira y con ella su cultura, su folclore y la expresión de este a través del arte. Mariano Nieto Pérez no permaneció impasible ante la rotundidad del dramatismo que consigue la madera policromada en las tallas religiosas de grandes figuras de la escultura barroca como Alonso Berruguete o Gregorio Fernández y, poco a poco, fue alejándose de lo profano y dando protagonismo a la Imaginería Castellana, a la cual pertenecen la mayor parte de sus obras de creación propia.

Restauración

La relación entre la restauración y Mariano Nieto Pérez va más allá del puro vínculo laboral y entronca directamente con el empoderamiento de esta figura profesional. Y es que Nieto fue el impulsor de una iniciativa pionera entre la Diputación de Valladolid y el Ministerio de Cultura sobre Conservación de Obras de Arte, allá por 1982, que consiguió crear un Decreto por el cual los restauradores empezaron a ser reconocidos como tales en los proyectos sin la necesidad de que un arquitecto los rubricara y diera de paso. Es decir, Nieto logró darle “al César lo que es del César”.

Es complicado resumir su experiencia porque tendríamos que remontarnos una tesis doctoral, la que sobre su figura publicó la Universidad Politécnica de Valencia en el año

2013. Pero es cierto que en Mariano Nieto es imprescindible contar que fue restaurador del Museo Nacional de Escultura de Valladolid de 1964 a 1989, que ha participado durante 30 años como miembro de la parte científica y ejecutiva del Congreso de Conservación y Restauración de Bienes Culturales celebrado en diferentes localidades de España, que en 1980 creó y posteriormente dirigió hasta 1988 el Curso Internacional de Estudio y Conservación de Imaginería Castellana y que, en 2001, el Ministerio de Educación y Cultura le nombra Restaurador del Instituto del Patrimonio Histórico Español.

Incontables han sido las obras escultóricas enfermas sanadas por el restaurador, el primero en conseguir esta titulación en Castilla y León y pionero en darse de alta como

“Restaurador de Bellas Artes” en España, que cura y embellece el arte desde principios de los años 60 combinando la intuición y la técnica más depurada. Un método que combina lo artesanal con las nuevas tecnologías y que se traduce en restauraciones impecables en las que lo original y lo retocado o añadido se integran hasta colmar las expectativas más altas de cualquier devoto del Patrimonio y la Imaginería Castellana.

Esta web nace como un reconocimiento de su autor a uno de los grandes amores de su vida: la escultura y restauración de Bienes Culturales. En concreto, de la conservación de la Imaginería Castellana.

Después de casi seis décadas de profesión ejercida desde el más absoluto de los respetos a la tradición y la mayor de las aperturas a la investigación e incorporación de nuevas tecnologías, Mariano Nieto Pérez crea este espacio como altavoz que difunda su pasión incondicional por la justa conservación de nuestro Patrimonio Artístico.